Los profesionales que nos dedicamos a esta noble profesión, en sus diferentes especialidades, celebramos el 17 de agosto el “Dia del ingeniero” en Colombia. Fecha instituida para homenajear a quienes hacemos que los avances de la ciencia se conviertan en soluciones concretas que permitan la producción de manufacturas y servicios de una manera eficiente y económica.
Hechos que no hace muchos años considerábamos como algo de ciencia ficción hoy son una realidad. Esto es posible por los avances portentosos del conocimiento que tenemos de la naturaleza. Conocimientos que permiten desentrañar los misterios de nuestra herencia genética contenidos en el ADN. Progresos científicos con los que podemos mirar cada vez más lejos en la profundidad del cosmos y descubrir las partículas en la pequeñez del mundo subatómico.
Avances que se materializan en aplicaciones concretas que facilitan las actividades humanas en sus diferentes ámbitos. Porque algo muy propio de la naturaleza humana es que estamos siempre en la búsqueda de la solución a problemas concretos de la vida cotidiana mediante el uso de los materiales y las fuerzas que brinda la naturaleza.
Aparejado con el progreso del conocimiento científico se da la evolución de la sociedad. Los problemas y la forma de solucionarlos se hacen cada vez más complejos. Esta complejidad ha traído la necesidad de la especialización en muy específicas áreas del conocimiento y en relaciones más complejas en la sociedad y es así como algunos miembros de esta se fueron especializando en la utilización del conocimiento de la naturaleza para transformar ideas en realidades.
Una de estas especialidades es la ingeniería cuyo nacimiento como disciplina está ligado al comienzo de la revolución industrial. La ingeniería se constituye en un pilar de la sociedad moderna y su importancia es tal que algunos llegan a afirmar que un mundo sin ella seria inimaginable, porque casi todo lo que poseemos, usamos o disfrutamos ha sido ideado por un ingeniero.